Recomendo a leitura:
No entanto, uma advertência aos protestantes -- pelo menos assim o entendi -- pode ser lida nas conclusões finais:
"La invocación del Nombre no es per se una garantía mecánica de salvación, pues no todo el "que llame, Señor, Señor, será salvado". Un burro que lleva perfume en su lomo, a pesar de ello, seguirá siendo un burro, aunque entonces, todavía es posible que algo del aroma se le pegue. Los Nombres Divinos no son inmunes al abuso o incluso a la profanación. Un medio espiritual sólo puede ser efectivo dentro del marco de la tradición que le ofrece. "No tomarás el Nombre de Dios en vano" (Exodo XX, 7; Deut. V, 11). Si se tiene por verdadero en lo que toca a la Eucaristía que "quienquiera que coma de este pan (divino)… indignamente… come… condenación para sí mismo" ( I Cor. XI, 27-29), eso es verdadero también en lo que toca al uso temerario de los Nombres Divinos. Uno debe invocar el Nombre para los propósitos adecuados y en un estado de alma adecuado. Uno debe estar en un estado de gracia (o al menos debe desear estarlo) pues "invocar al Señor" mientras uno se apega obstinadamente a lo que el Señor prohibe es absurdo. Si tenemos, ciertamente, un Cristo que es Amor, tenemos también un Dios colérico. Si tenemos un Nombre de Amor, tenemos también un Nombre que es "terrible". Si invocamos el Nombre, debemos hacerlo dentro del seno de la Esposa de Cristo, dentro del marco de la "Iglesia Una, Santa, Católica y Apostólica" con todos sus sacramentos y todas sus tradiciones. "Y he aquí que Tu cólera ha llegado, y el tiempo de los muertos, a fin de que sean juzgados, y de que Tú recompenses a Tus siervos, los profetas y los santos, y A AQUELLOS QUE TEMEN TU NOMBRE" (Apoc.XI, 18)."